Que sople el viento!
Hay vientos y vientos. Primero están los vientos desagradables, los que te obligan a agachar la cabeza y esconder la mirada. Vientos que te dan de cara e insisten en que mires al suelo. Vientos que te ahuyentan los papeles, que se llevan tu sombrero, que te frenan el camino. Vientos que te empujan para delante, que te despeinan, que dan escalofríos. Hay vientos que te cortan la respiración y hay vientos que te la devuelven. Vientos acalorados y sofocantes, y vientos refrescantes y soñadores. Hay vientos que te sacan de tus pensamientos, hay vientos que te envuelven en mil y una conspiraciones, hay vientos que te susurran al oído y vientos que te soplan la respuesta. Hay vientos indiferentes, vientos que no notas, vientos silenciosos y vientos alborotadores. Incluso hay vientos arenosos que te obligan a cerrar los ojos, y vientos que se llevan los rastrojos. Y como hay vientos y vientos, hay días y días, hay personas y personas. Mientras sople el viento estamos vivos. Que se lle