Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2014

Si no fuese sábado y yo no me conociera...

Imagen
A diferencia de los últimos años nada ha cambiado, ni siquiera ya me crece el pelo, ni me han terminado de salir las muelas inútiles. Los días comienzan sabiendo que van a morir, les gusta el sabor de la condena. Mis últimas notas siguen intactas, colgando desafiantes de la nevera que lleva días sin que nadie la quite peso. Las ventanas dan las mismas vistas que siempre, calles vacías y corazones en vilo. Es como si el tiempo pasase tan despacio que no estuviera disfrutando de los pequeños detalles. No abro las puertas, no como, respiro sin voluntad, escribo las pasteladas habituales de un tirón. Sigo esperando, yo no, solo una parte involuntaria dentro de mí que no me deja pararme el corazón de un mísero golpe de mala suerte. No me parecen justas las palabras, son cinco contra dos, son una noche frente a tus miles de días enamorándome. No me parece justa la vida, ni la oscuridad en los días más soleados, ni la toxicidad de las malas intenciones. No me parece justo y no lo grito, o qu

Fue precioso el funeral.

Imagen
Era el firme retrato de la buena suerte. Juro que nadie en su más insano juicio podría haber dudado de que cada vaso que sostenía con firmeza no ahogaba más penas que santuarios. Porque, sin más ambición que dejar de sentir, lo único que no lograba era que se derritiesen los hielos en el fondo, pero de sus labios. Cualquiera para cualquiera. Nadie lo niega. Pero uno sabe con quien pierde el tiempo y gana horas de vida. Luego no volvía. Ya lo sabes, siempre dijo que lo inigualable es dos veces mejor inversión que lo prohibido. Por eso y porque no sabíais, se dejaba las manos en los bolsos y el corazón en modo avión. Y pasaban los días, hambrientos de ganas, de sueño, de montañas. Y seguía con la música en los pies, la brisa rozándole los huesos, la risa intacta y el saco de siempre. Visitaba, con menos frecuencia, a los besos que conocía y luego hacía las maletas. Era difícil y lo sabía, no volver, no soñar con sus malos recuerdos. Pero a veces uno sí sabe por qué y no lo dice

Aún me sangran los nudillos

Imagen
Sabías como nadie que me moría por tirar la puerta abajo. Pero pusiste un cerrojo de cadena, para que al menos me quedase la luz y la tristeza de que todo mi esfuerzo... seguían siendo vanas cerraduras.

Mosaicos estacionales

Imagen
"Tu melena pelirroja era sutil, como las flores otoñales. Cualquier artista hubiera sentido la presta necesidad de colgar un mosaico en cualquiera de tus enredos. Conocí a muchas mujeres, demasiadas para no saberme cuantos parpadeos eran suficientes para no ver nada más. Era inevitable, no buscar a una persona y encontrarla en pequeños pedazos de muchos 'alguien'. Lo peor era encontrarse con tus sombras y no poder parar la música. Tú seguías sentada en el banco a mediodía, como aquella vez, y yo seguía preguntándome porqué. Era imposible bajar el volumen. Había tantos mantos rojos cruzando las calles, y una vez me reí tanto (la última), que olvidé inútilmente que cualquier viernes alguien me detendría los pies y ya no serías tú. Nadie nunca me dijo que puedes irte todo lo lejos que quieras, pero puedes volver cada día sin tener que cerrar los ojos. Lo descubrí el día que te vi, esta vez con ojos miel y un vestido de felpa que jamás en tu sano juicio te hubieras

Convergentes

Imagen
Se parecía a las copas de los árboles siempre miraba al sol, con la cabeza alta y acto después, sonreía. Un día cualquiera escondido entre un sinfín de términos sumándose encontró su límite. Se le escapó  un suspiro entre los dientes alargó el brazo más más mucho más. Sintió que se le resquebrajaban los huesos, que la piel se estiraba hasta ser una película irreversible. Nunca encontró el límite, o sí lo hizo, pero no lo tocó. Sólo tendía hacía una ilusión. Y cerraba los puños queriendo atraparlo entre sus manos aunque siempre aparecían vacías. Solo al abrirlas encontraba los últimos rayos de sol jugando entre sus dedos. Y acto después, sonreía. "Como si todo no siguiera un mismo patrón, como si no tuviésemos el corazón tan lleno de esperanzas como de probabilidades, como si de verdad entendiéramos los infinitos."