Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2015

Volver a volver.

Imagen
He vuelto a la calle 13, donde te conocí de verdad y supe justo después que nunca jamás volvería a saber quién eras. He vuelto a sus bancos, a sus ramas lloviendo sobre nuestros ojos, a la pequeña farola que se vuelve a encender cada noche desde entonces. He vuelto porque sabía que no estarías allí sin tu media sonrisa. La otra media sigue un poquito conmigo. Me he sentado en la terraza del bar donde nunca compartimos más que unos hielos con prisa, un piti y un par de sonrisas. Cuando yo no sabía que te quería, ni que querer en silencio solo nos hace cómplices del asesinato de nuestros 150 pasajeros abordo. Que no nos cuesta la vida, pero nos la quita. He vuelto a la madrugada del último sábado, a la mirada de aquel chico que no me conocía de nada pero tampoco lo necesitaba. He vuelto a ese sitio donde no duele tanto el corazón. Y me han dicho que deje de volver. Que hay unos ojitos que no saben que en realidad no me quieren conocer. Pero es casi necesidad. Porque desde que no

Pasitos

Imagen
Llevamos vidas imaginándonos despiertos, noches escalando hacia la plata, viernes de desuso en los bolsillos. Entre mis logros, conseguí meter un pie en la tierra de nadie y no se lo comieron los cocodrilos. Solo los oigo respirar al otro lado mientras me siguen esperando. Entre tus cuerdas vocales, he visto pieles de mentira, ojos desmaquillados de peligro, miedo mezclado con utopías. Me han cerrado el club de los poetas, me han dicho que no más sueños, no mas ballestas. Dicen que en obras no es un estado preferente, ni un lugar para vivir, ni aspiraciones de llegar a tus cunetas. Pero también, me han dicho que es camino. Que si voy a esperar a los tiburones, mejor tenerlos sin el estómago vacío. Mejor quererte ahora y para siempre, que en el tren de vuelta a la realidad. Ojalá no lo cojas nunca, o lo cojamos. O ojalá nunca nos demos cuenta de que llevamos la vida en él y que lo importante siempre ha sido no bajarse a ver puerto. No embarcarse en otros buques, hacer caso a los lat

Cuenta atrás, minutos de más.

Imagen
No recuerdas los días a pilas, las primaveras azules los niños espías. Me entra la prisa, y me río del ruido el que hace el olvido con alguien como tú. El tiempo cura, los años no tanto. Llamas a la puerta te pido disculpas por haberla dejado entreabierta. Tienes esa forma, esa ceniza en el pelo, ese brochazo en los ojos, ese verbo tan impronunciable callándome un bostezo. No te conoce, ni te siente en el pecho, ni ha cruzado ese pasillo entre tus pensamientos. Me confundió y se hizo sombras, cuando yo vivía con los ojos cerrados. No hizo rima, pero puso compases, quiso sin besos, amó sin responsabilidades. Echo de menos sus apellidos, como sé que algún día echaré de menos tus iniciales. Echa de menos como las esperanzas a otro domingo en casa, como las musas a los magos y los poetas al buen tiempo.

Yo no estaba allí

Imagen
He podido vivir sin demasiadas cosas. Sé que no te acuerdas y haces cuanto menos bien, de aquel día que no te invité a tomar una Coca Cola. Me acuerdo de todo el miedo que tenía, del vuelco al corazón cuando no abriste la puerta del bar ni me buscaste entre las mesas. Yo no estaba allí, esperándote. No te tropezaste con un chico que salía apresurado, no te acercaste a mí ni me sonreíste mientras lo hacías. Yo tampoco me estaba muriendo por arrancarme  el corazón en ese momento. No tuvimos la conversación más torpe de nuestras vidas, ni nos dimos cuenta de que había pocas cosas que empezar a contarnos. Yo no te hablé de los secretos. Tú ni siquiera ocultaste los tuyos. No me reí lo suficiente, ni te miré lo suficiente, ni me morí lo suficiente por empezar a escribirte poemas. Fue como si en realidad lo único que pretendiéramos fuese no caer en la cuenta de que tú te estabas enamorando de alguien que ya estaba enamorada de ti. Como si no diera el miedo suficiente, ni cobrase