Un milagro que no entiendo
Hasta cuando se planea este atentado en el que se sacuden recuerdos falsos como amigos que vienen de viaje pero que nunca se quedan. Hasta cuando la curiosidad va a quedarse aquí en palabras que creo reconocer en nuestra distancia aunque imagine que se rompe Hasta cuando el orden de lo que importa y de lo que come la conciencia va a seguir en esa mesilla de noche apagando la luz y las preguntas. En esta isla, los días madrugan y las madrugadas son cortas, la vida fluye como si nunca se hubiera detenido y los sueños son amigos fáciles que se acumulan en las estanterías. En esta isla duele menos respirar y la incomprensión no me afecta porque aquí no existes, aquí no llegas. Aquí no me callo y no me duele elegir palabras. Aquí ya no os elijo. En esta escalera que apareció justo cuando uno se da cuenta de que puede elegir lo que recuerda, hay un pasillo de flores y he empezado a recogerlas. Subo por descuido porque me han cogido de la mano aunque estuviera equivocada. A veces creo que la