Liberación
"Encendí
la radio y puse la música tan alto que mis sollozos no se podían oír,
necesitaba hacerlo. Necesitaba liberar mi furia. Siempre andaba escondido entre
las multitudes, entre los continuos ruidos que me impedían oír, que me impedían
pensar. Y grité y grité, y ella no me escuchó como lo gritaba, no me escuchó
como se lo escupía en la cara. Bajé lentamente la música y cogí un papel aprisa
para escribirlo. Lo doblé con sumo cuidado y le di un beso suave y delicado. Ya
solo me quedó abrir la ventana y lanzar el avión con todas mis fuerzas. Ví como
mi despedida se alejaba a lo lejos, como ya había vivido eso antes, pero esta
vez se llevaba esa parte de mí que lo había superado, que estaba ansioso por
gritar de nuevo. Cerré los ojos y el silencio volvió de nuevo. Silencio rodeado
de susurros, suaves susurros, susurros que se confundían con pensamientos."
Aquí os dejo el último fragmento de un cuento que presenté a un concurso hace poco que titulé Susurros en el Silencio. Creo que va ni que pintado para lo que vengo a escribir hoy... A veces nos empeñamos en cegarnos, en cerrar los ojos, en asustarnos y escondernos de nuestros miedos. Y eso es malo porque en el fondo nos reconcome por dentro, nos hace sentirnos frágiles, vulnerables... Todo lo que buscamos es que algo cambie, sin saber que el primer cambio viene de dentro, de nosotros. Es una pequeña llave, es una pequeña sensación, un pensamiento que de repente atraviesa nuestro coquito y lentamente y sin saber por qué ciertas cosas dejan de parecer complicadas y de pronto te entran unas ganas incontrolables de comerte el mundo, de salvarlo, de disfrutarlo... Y esa es la primera pieza que se mueve dentro, ¿sola? No sé si sola o alguien desde fuera ayuda, pero se siente dentro y es la clave para abrir las puertas a algo que yo llamo liberación...
¡Amiguita! Búscala, ¡dónde quieras! Pero hazme el favor de encontrarla, y hazte el favor a ti!
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