Recuérdame
Andas por la vida buscando razones de peso que te digan que vale la pena quererme y te encuentras frente a gruesos muros que te dicen que te des la vuelta, que no vale la pena. El muro de mi soledad, el muro de mi intolerancia, el muro de mi fragilidad, el muro de mi indecisión...
No lo entiendes, y achacas eso a una parte de mí, de mi personalidad. Yo no construí ese muro, el muro lo construyeron las circunstancias,
esas que te perdiste,
esas que no conoces.
Y me dueles, me duelen tus miradas que luchan contra tus sentimientos, contra mí.
Me duele que te preguntes si me quieres o no.
Me duele que tus ojos me griten que las cosas podrían ser diferentes, que cambie de una puta vez.
Pero como te habrás dado cuenta, yo no tengo la fuerza que tienes tú.
Yo ni siquiera puedo mirarte a los ojos.
No me juzgues, de verdad.
Cuídame como tantas otras veces has tratado de hacer, y recuérdame, solo para que yo pueda olvidarme de mí, para que las cosas puedan volver a ir bien de nuevo, para destruir todos esos muros que me ocultan, que me entristecen, que me asustan.
Recuérdame, por favor.
No lo entiendes, y achacas eso a una parte de mí, de mi personalidad. Yo no construí ese muro, el muro lo construyeron las circunstancias,
esas que te perdiste,
esas que no conoces.
Me duele que te preguntes si me quieres o no.
Me duele que tus ojos me griten que las cosas podrían ser diferentes, que cambie de una puta vez.
Pero como te habrás dado cuenta, yo no tengo la fuerza que tienes tú.
Yo ni siquiera puedo mirarte a los ojos.
No me juzgues, de verdad.
Cuídame como tantas otras veces has tratado de hacer, y recuérdame, solo para que yo pueda olvidarme de mí, para que las cosas puedan volver a ir bien de nuevo, para destruir todos esos muros que me ocultan, que me entristecen, que me asustan.
Recuérdame, por favor.
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