Vida o tragedia
No me gusta tu nombre, vida.
Aún creo recordar qué se sentía cuando tú me gustabas y simplemente éramos amigas.
Ya lo creo que sí.
Entonces, cuando hacía falta bien poco para sonreír de verdad.
Y fíjate ahora, fíjate qué caras, qué moños, qué ojeras.
La gente quejándose porque dueles, porque atacas, porque de cuando en cuando, matas.
Pero matas y no morimos.
Esa es la tragedia.
Solo nos sentimos muertos.
Vacios.
Huecos.
Y eso sin tener en cuenta que la mitad de las veces que agachamos la cabeza es porque nos hemos decepcionado, mientras otra mitad la aprovechamos para subirla de nuevo y suspirar.
Por esa gente.
Esa que hace jaque y sin avisar.
Pisando fuerte, pero pisando en el lugar equivocado.
Y mientras revisas la agenda y te atreves a preguntarte qué será de ellos.
Pero nada comparable con el qué será de ti.
Comentarios
Publicar un comentario