Como un juego de niños

Sé perfectamente que abres los ojos cada mañana y te invade
esa sensación que insistes en calificar como parcialmente soportable.
Que por un momento te planteas volver
a cerrarlos y dormir eternamente.
Por que en soñar ya tienes un máster.
Sé que te das por vencido, como manda la costumbre, y
te resignas a preguntarte como sería pasar unos días sin ti.
Para acabar volviendo y
resolverte a vivir la vida que nadie escribió por y para ti.
Probar a ser tus propias decisiones.
Y pasar a ser el antagonista de este último mes y
de ese infierno que
ya no sabes
como
no
llamarlo.
Sé que te refugias en el- es mejor así- sin mí, sin ti,
sin tener que pronunciar un nosotros
que deje mal sabor de boca.
Como el de un beso dado sin amor,
o con puro terror.
Sé perfectamente que ya te has cansado
de gritar con los ojos,
de resignarte al veneno de los abrazos silenciosos
que no sirven ni para sujetar ni un tercio de todos los cachitos
en los que te rompiste día sí,
y día también.
En cada calle.
Entre cuatro muros de piedra a los que maldices
con miradas perdidas.
Sé que desearías volver a aquellos días
en los que daba igual el momento
porque la felicidad era incondicional.
Sonreír no salía tan caro,
y llorar siempre respondía a una razón de peso.
Cuando los dramas solo te hacían sentir alguien importante,
y agarrar la mano era
como un juego de niños.



Un poco de magia o cerrar los ojos.



Comentarios