Enmudece la primavera

Enmudece la primavera,
que de flores ya me sé.
Sus cuencas vacías,
el perfume de dos soledades
cuando se echan de menos.

Los labios amapolas
que quisieron ser mariposas,
para venir y posarse sobre las palmas
de la niña que un día fui.

Vuela donde nadie la alcanza.
Solo el deseo de ser.
El aire, el fuego valiente.
Y desatar el cálido aliento
de la libertad.

De sueños mueren los
que tienen fe.
Aunque, alegres descubren
sus cuerpos tórridos,
y saludan a la inmensidad.

Se extinguen las armonías prendidas.
Enmudece la primavera.

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