To be, or not to be.

Fue inútil mientras duró,
tonto en su bondad,
un silencio estúpido.

Fue de esas tardes
que se cubren de hojas
y nunca nadie más
sabe de ellas.

Fue como si el verano
empalideciera nuestras manos
y el otoño
no pensara florecer.

A veces hasta creo que fue
el segundo antes de dormirme,
la nonagésima oveja
encima de dos infinitos de pie.
El hueco entre ellos.

Como un amanecer con luna,
septiembre en el paraíso
o tú cruzando la calle a oscuras.

Otro tú.

Fue un verso a media noche,
haciendo ruido
con su disculpa.

Una sombra sobre el tazón de leche,
los cereales dormidos,
el frío en la cama
sin sueño(s).

Hubo días que no fue,
y no me han olvidado.
El polvo también se hace viejo.
Y hueco.

Fue y mientras fue
se alejaba de ti.

Creo que fue
y ahora solo es
un cajón vacío,
en medio de mis pensamientos.

Una flor de lis
muerta
sobre la desnudez de su espalda.

Una despedida en una botella
perdida en el océano,
sin saber
quien destapará sus secretos.

Es la primera línea,
acto tercero
primera escena
de un soliloquio
universal.
Pero en pretérito perfecto simple.




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