Quiso a quien (le) quiso querer.
A veces el frío le sorprendía llorando,
se hacía hueco entre los jirones de sus pantalones
y recorría su espalda de abajo a arriba.
El silencio, de otro tanto, también se adueñaba
de sus ojos en blanco y negro.
Porque en realidad, recuerdos que quiebran voces
pocas más palabras necesitan
Se preguntó a dónde iría aquel extraño con tanta prisa,
cómo sería la sonrisa de la chica de mochila rosa que se cruzaba diariamente,
a qué parada se dirigía la señora de los ojos saltones.
Sabía tan poco incluso de sus propios zapatos...
que le llevaron hacia cualquier sitio.
Cualquier vagón a rebosar, cualquier abrazo
en cualquier bar.
El ruido le hacía olvidar lo que dolía
un infeliz 'cualquiera',
se hacía hueco entre los jirones de sus pantalones
y recorría su espalda de abajo a arriba.
El silencio, de otro tanto, también se adueñaba
de sus ojos en blanco y negro.
Porque en realidad, recuerdos que quiebran voces
pocas más palabras necesitan
Se preguntó a dónde iría aquel extraño con tanta prisa,
cómo sería la sonrisa de la chica de mochila rosa que se cruzaba diariamente,
a qué parada se dirigía la señora de los ojos saltones.
Sabía tan poco incluso de sus propios zapatos...
que le llevaron hacia cualquier sitio.
Cualquier vagón a rebosar, cualquier abrazo
en cualquier bar.
El ruido le hacía olvidar lo que dolía
un infeliz 'cualquiera',
pero quizás valía más que cualquier promesa de nadie.
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